Las pelotas con las que se disputan las Copas del Mundo han ido evolucionando edición tras edición. Con el objetivo de ser lo más importante de un partido de fútbol, los creadores de balones han ido trabajando a lo largo de la historia en sus características para adecuarla a las necesidades de los futbolistas, los aficionados y del espectáculo en general.
Desde aquellas lejanas pero simpáticas pelotas de cuero con las que se jugaron Mundiales como el de Uruguay 1930, hasta la actualidad en la que cuentan con chips y sensores que permiten determinar un offside como será en Qatar 2022, te contamos la historia del elemento más hermoso del deporte rey.
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Los primeros balones de los Mundiales
Como bien dijo el futbolista alemán Uwe Seeler, “el secreto del fútbol es el balón”. Torneo tras torneose ha buscado mejorar la velocidad y la tecnología de las pelotas. En Qatar 2022, Al Rihla será la encargada de mover la pasión de millones de hinchas. Además de que será la más veloz de la historia, también contará con tecnología de punta para ayudar a los jueces a determinar los offsides.
Pero volvamos al inicio de la hermosa historia del balón, en la primera Copa del Mundo: Uruguay 1930. Esos viejos balones eran hechos de cuero y contaban con doce piezas.
Sin embargo, en las ediciones que le siguieron se optó por usar las pelotas que el país anfitrión tenía. A partir de Suiza 1954 y hasta Inglaterra 1966 pasó a utilizarse uno que era de 18 piezas, pero que mantenía ese diseño particular del cuero y característico de aquellas épocas.
La final de ese torneo celebrado en tierras sudamericanas tuvo la particularidad de que cada tiempo se jugó con una pelota diferente, ya que cada selección finalista (Uruguay y Argentina) llevaba el suyo propio y no se pusieron de acuerdo con cuál se debía jugar.
México 1970 marca un antes y un después en los balones de los Mundiales
La Copa del Mundo celebrada en tierras mexicanas en 1970 supuso un quiebre en cuanto a las pelotas mundialistas, ya que cambió radicalmente sus características y contó, por primera vez, con un nombre que la identificaba. En aquella oportunidad se la bautizó como Telstar, siendo tal vez el balón más emblemático y clásico de la historia del deporte rey.
Contaba con 32 piezas especiales de cuero y era la primera pelota cuyo diseño tenía piezas negras, lo que hacía más fácil distinguirla en los televisores blanco y negro. Fue un balón que cambió para siempre el diseño de los esféricos.
La tradición del blanco y negro siguió hasta Francia 1998, donde se presentó la primera pelota con colores. Así, pasaron los siguientes balones:
- Al Durlast en Alemania 1974
- Tango en Argentina 1978
- Tango España, en España 1982
- Azteca en México 1986
- Etrusco Unico en Italia 1990
- Questra en Estados Unidos 1994
A partir del Mundial celebrado en España en 1982 comenzó la era de los esféricos sintéticos. Ese balón tenía una capa de poliuretano impermeable. En Francia 1998 se presentó la Tricolore, la primera pelota con colores.
La mítica Fevernova y la polémica Jabulani pasaron hasta llegar a la Al Rihla de Qatar 2022
En Corea y Japón 2002 se presentó la Fevernova, un balón revolucionario no solo porque supuso un éxito ante el público, sino porque era más redondo y consistente. Tenía tres capas tejidas que le otorgaron una trayectoria de vuelo más precisa.
En Alemania 2006 se presentó la +Teamgeist, que tenía menos piezas que su antecesora y que contaba con una superficie más suave para el remate.
En Sudáfrica 2010 llegó la Jabulani, un balón criticado por los jugadores porque era muy impredecible y liviano. Tenía una capa de supercarbonato con el objetivo de ser aún más precisa y estaba hecha con solo ocho piezas.
En Brasil 2014 se utilizó la Brazuca, innovadora a nivel estructural y con sus seis piezas idénticas. Tenía mayor estabilidad, manejabilidad, adherencia y aerodinámica.
En Rusia 2018 se decidió rendir homenaje a la Telstar de México 1970 al presentar la Telstar 18. Su principal diferencial fue que comenzó a incorporar la sostenibilidad como concepto ya que su embalaje estaba hecho de material reciclado. Sin embargo, también destacaba por incorporar un chip NFC que permitió a los usuarios interactuar con él por intermedio de los teléfonos móviles.
Finalmente, en Qatar 2022 se utilizará la Al Rihla, un balón totalmente revolucionario por su tecnología, por la sostenibilidad con la que fue construido y por ser el más veloz de la historia de los Mundiales.
¿Y a ti cuál fue el esférico que más te gustó de los Mundiales?